Las compañías de seguros sanitarios en EEUU
El Plural
Una propuesta que economistas y políticos liberales
promueven en España es la privatización de la sanidad pública española
mediante la desgravación del aseguramiento sanitario privado, facilitando
así, la sustitución del Servicio Nacional de Salud por un sistema de
Aseguramiento Sanitario Privado. Tanto el Partido Popular, como Convergencia
i Unió han propuesto incrementar la desgravación de las pólizas de
aseguramiento privado, tanto las colectivas (realizadas por empresas u otros
colectivos, que ofrecen cobertura sanitaria a sus empleados), como las
individuales. Las primeras –las colectivas- ya se desgravan en España. Y
lo que proponen ambas opciones políticas liberales es que tal desgravación
se extienda a las segundas. Propuestas parecidas están siendo promovidas
por algunas voces de centro izquierda, que argumentan que la extensión del
aseguramiento privado diluiría la presión asistencial que existe en la
sanidad pública como consecuencia de la escasez de recursos.
En otro artículo, publicado en el semanario Sistema
Digital (31.07.09), he descrito los enormes problemas que el
aseguramiento privado de la sanidad conlleva y cuyo mejor ejemplo es EEUU,
el país del mundo en que este aseguramiento privado de la sanidad ha
alcanzado mayores dimensiones (ver Navarro, V. “El Modelo Liberal
Sanitario: EEUU” en Sistema. Ver también sección EEUU en www.vnavarro.org).
En EEUU, la mayoría de la ciudadanía paga una póliza a las compañías de
seguros (bien directamente, o bien a través de la empresa donde trabaja),
la cual contrata médicos y hospitales para la provisión de servicios. Además
de la póliza, el ciudadano paga también parte de la factura médica (en
sistemas de copagos que pueden alcanzar cifras elevadas), en el momento de
utilización de aquellos servicios. Más del 40% de personas que están muriéndose,
como consecuencia de tener una enfermedad terminal, dicen estar preocupadas
sobre como ellos o sus familias pagarán las facturas médicas. Y ello a
pesar de que, la mayoría de ellos, tienen un aseguramiento privado.
Las compañías de seguro (que, aún cuando existen 1.500 de
ellas, en realidad las 10 más importantes controlan casi el 70% de todo el
mercado) son las que centran la financiación y gestión del sistema
sanitario estadounidense. Tal sistema privado de la sanidad es enormemente
rentable para las compañías de seguros. Las diez aseguradoras sanitarias más
importantes están entre las empresas con mayores beneficios en aquel país.
Así de 2000 a 2007 sus beneficios crecieron enormemente, pasando de 2.400
millones de dólares a 12.900 millones. Y sus directores están entre los
mejor pagados en EEUU (un promedio de 12 millones de dólares al año). El
que fue en su día director de CIGNA, una de las mayores compañías de
seguros sanitarios en EEUU, el Sr. Wendell Potter (que se ha convertido en
uno de sus mayores críticos), ha mostrado en una serie de informes que se
han difundido ampliamente en EEUU, como tales compañías consiguen estos
altos beneficios. Éstos se basan en 1) seleccionar a los pacientes,
rechazando a aquellos pacientes que tienen mayores necesidades (como
enfermos crónicos); 2) eliminar de sus listas a aquellas personas
aseguradas que desarrollan condiciones crónicas o requieren cuidados
costosos; 3) reducir la cobertura sanitaria (la extensión de los beneficios
a los que los asegurados tienen derecho), así como aumentar los copagos.
Como consecuencia de estas y otras políticas, el número de personas en
EEUU que no tuvo ninguna cobertura sanitaria, durante el periodo 2000-2007,
ascendió de 38 a 45 millones al año.
Tal sistema de aseguramiento privado es enormemente costoso
e ineficiente. EEUU es el país que gasta más en sanidad (17% del PIB),
teniendo a la vez el porcentaje mayor de la ciudadanía deseosa de un cambio
profundo en el sistema. Sólo un 21% de ciudadanos estadounidenses están
satisfechos con tal sistema. Ello explica que el tema sanitario se haya
convertido en el tema doméstico más importante de EEUU, después de la
crisis económica. La Administración Obama está proponiendo cambios que
podrían reducir el protagonismo de las compañías de aseguramiento privado
en la gestión de la sanidad estadounidense. De ahí que tales compañías
se hayan movilizado para parar cualquier intento de reforma.
El poder político y mediático de tales grupos de presión
El poder de tales compañías de seguros es enorme y se materializa a través de sus aportaciones a las campañas electorales de los políticos que toman decisiones en el Congreso de EEUU que afectan a sus intereses. Tal sistema de financiación de las campañas electorales (que en la mayoría de países europeos sería ilegal y sería considerado corrupción) explica que los presidentes de los comités que afectan a tales compañías de seguros estén claramente influenciados por tales fondos. Un ejemplo, entre muchos, es el senador demócrata Max Baucus, el Presidente del Comité de Finanzas del Senado Estadounidense, un comité clave en la aprobación de cualquier legislación que afecte a las compañías de seguro. Tal senador ha recibido más de 5 millones de dólares de industrias sanitarias – incluyendo compañías de seguros privadas-, lo cual explica su resistencia a intervenir y regular tales compañías. En general, estos fondos van tanto a políticos republicanos como a políticos demócratas, aún cuando, históricamente, han apoyado más frecuentemente al Partido Republicano que al Partido Demócrata. Hoy, el Partido Republicano se ha convertido en su mayor portavoz. Tal Partido está hoy hegemonizado por la ultraderecha estadounidense, radicalizada por las derrotas que ha sufrido en las últimas elecciones, adoptando posturas que, en Europa, encajarían con la ultraderecha. Fraga Iribarne, por ejemplo, estaría más a la izquierda que la mayoría de los miembros dirigentes de tal Partido. Su chauvinismo de carácter racial, nacionalismo extremo y fundamentalismo religioso han adquirido dimensiones amenazantes para la democracia estadounidense. Uno de los lobbies económicos que están financiando tales movimientos en la órbita del Partido Republicano es, precisamente, la industria aseguradora sanitaria.
Otra expresión del poder de las compañías de seguros son
los medios de información a los cuales tienen acceso (entre los que destaca
la compañía televisiva de ultraderecha, FOX) y en los que promueven sus
puntos de vista. Uno de sus presentadores es Glen Beck, que en un programa
reciente indicó que le gustaría envenenar a la Presidenta demócrata del
Congreso, la Sra. Nancy Pelossi, que es dirigente del movimiento a favor de
incluir un aseguramiento público en las propuestas al Congreso.
Tales compañías promueven también sus opiniones a través
de los grandes canales de televisión, mediante la compra de largos espacios
televisivos que están a su disposición, previo pago de grandes cantidades
de dinero. Estos anuncios televisivos no se presentan como financiados por
tales compañías de seguros. La gran impopularidad de tales compañías de
seguros explica que utilicen otras organizaciones (que ellas mismas crean),
que aparecen como organizaciones espontáneas en defensa del paciente,
organizaciones que promueven los puntos de vista de tal industria. Tales
organizaciones, la mayoría relacionadas con el Partido Republicano, están
ahora altamente movilizadas en contra de los proyectos de Reforma Sanitaria
de la Administración Obama. Como ya he mencionado, tales organizaciones actúan
con gran agresividad, interrumpiendo reuniones de asociaciones vecinales,
convocadas por los miembros demócratas del Congreso, para presentar sus
propuestas de reforma, con el objetivo de que no se realicen tales
reuniones. Sus anuncios televisivos distribuyen falsedades obvias como, por
ejemplo, indicar que la reforma Obama negará la atención médica a los que
tengan ciertas condiciones crónicas, con el fin de que se mueran antes. Su
manipulación no conoce límites.
Esta situación debiera conocerse ampliamente en España, no sólo por lo que respecta a las enormes insuficiencias de la democracia estadounidense (idealizada en muchos medios españoles), sino también para percatarse de las consecuencias de copiar el modelo liberal de aseguramiento privado de la sanidad, el cual ha conducido a EEUU a una situación enormemente insuficiente, injusta, y escasamente democrática.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Policy Analysis and Public Policy. The Johns Hopkins University (www.vnavarro.org)