Miércoles 29 de octubre de 2008
NUEVOS ESCÁNDALOS EN LA VEGA BAJA
Luis Fernando Cartagena, ex alcalde de
Orihuela; el de Pego, Carlos Pascual; el primer edil de Benitatxell, Juan
Cardona; el de Torrevieja, Hernández Mateo; y José Manuel Medina, ex alcalde de
Orihuela A. I.
J. E. M. La detención de José Joaquín
Moya por supuestas irregularidades urbanísticas es la última de una larga serie
de actuaciones de la Justicia contra alcaldes de la provincia de diferentes
partidos por posibles casos de corrupción o decisiones contrarias a la
legalidad. Las sombras de sospecha ya afectaron en su primer mandato al alcalde
de Bigastro, que en 1986 se vio salpicado por lo que se conoció en Alicante
como la "operación nécora", una denominación utilizada para referirse
a los "negocios comarcales rápidos" -que pudieron ocultar tráfico de
influencias y nepotismo por parte de dirigentes socialistas-, y en concreto a
la adjudicación de nuevos despachos de loterías. Con el histórico Txiqui
Benegas al frente de la secretaría de Organización, la dirección federal del
PSOE ordenó a todos los cargos públicos del partido que renunciaran a las
concesiones. Fue el propio Moya -que a la sazón era senador socialista además
de alcalde y secretario general del PSOE de la Vega Baja- el encargado de
reclamar la renuncia a los dos concejales beneficiarios de las administraciones
de Redován y Dolores.
Mucho ha llovido desde 1986,
de sur a norte, y de Orihuela a Pego, cuyos respectivos ex alcaldes Luis
Fernando Cartagena y Carlos Pascual cumplen condena en la actualidad y han
llegado a intimar en la cárcel de Villena, en la que coincidieron varios días
de finales de julio pasado, antes de que Cartagena fuera trasladado a Albacete
por vinculación familiar.
Nueve días y ocho meses ha
pasado en la prisión de Villena el ex alcalde popular de Orihuela, condenado en
marzo de 2002 a cuatro años por malversación de fondos públicos por apropiarse
de ocho millones de pesetas que entregaron al Ayuntamiento unas monjas para
obras sociales. La sentencia de la Audiencia Provincial de Elche sacudió los
cimientos de la política provincial por tratarse del primer político condenado
por quedarse con dinero en efectivo y el primer integrante de un gobierno
autonómico con sentencia condenatoria firme en contra. Ahora ya no tendrá que
volver a prisión y podrá cumplir el resto de la pena desde su casa con una
pulsera telemática.
Carlos Pascual, ex alcalde
de Pego entre 1995 y 2003 -primero por Unión Valenciana y luego como
independiente- también fue el primer cargo público que ingresaba en prisión por
un delito ecológico tras ser condenado a seis años por causar graves daños en
el parque natural del marjal de Pego-Oliva entre 1996 y 1998. El dos de mayo
del año pasado ingresó voluntariamente en la cárcel de Picassent tras no
prosperar su recurso de súplica por motivos humanitarios.
También en la Marina Alta, en julio pasado fue detenido el alcalde
independiente de El Poble Nou de Benitatxell, Juan Cardona, por un presunto
delito de prevaricación y cohecho por una recalificación de un terreno de este
municipio de 4.800 habitantes. En libertad con cargos, Cardona mantiene que no
dimitirá mientras no se dicte una sentencia condenatoria en firme.
Quizás son los tres casos más llamativos a juzgar por las medidas judiciales
ordenadas y las consecuencias condenatorias, pero hay otros de gran impacto
público y mediático por la relevancia de los municipios y el contenido de las
denuncias. José Manuel Medina fue relevado en el PP como candidato a la
Alcaldía de Orihuela en las municipales del año pasado tras una larga sucesión
de escándalos en su gestión y en su vida personal por vivir en un chalet y
conducir un coche de lujo que son propiedad de constructores adjudicatarios de
planes urbanísticos municipales. La instrucción marcha lenta y ya se han
archivado otras dos denuncias contra Medina. Mientras, en Torrevieja, el
alcalde Pedro Ángel Hernández Mateo también está siendo investigado por un
juzgado que, a instancias del fiscal, instruye una denuncia de Izquierda Unida
por la compraventa de una finca que le reportó unos beneficios de 5,2 millones
de euros.
Y, aunque con menos ruido
mediático, han pasado otros casos por los juzgados como el de la alcaldesa de
San Fulgencio, Trinidad Martínez (PSOE), por votar a favor de un proyecto
urbanístico en el que tenía intereses su familia, o el del ex alcalde de
Catral, José Manuel Rodríguez, suspendido por el PSOE tras autorizar 1.200
viviendas sin licencia en el municipio.